domingo, 15 de febrero de 2009

En el Abismo

Hombre…
que tocas a mi puerta
y que extiendes tu mano,
refugio de tu soledad,
con tu iris alcohólico,
profundo,
donde habitan las bestias
del desengaño,
que tu sonrisa de niño
opacaron.
Con tu frente morena,
ancha y llana como la tierra
y tu boca trémula y agónica
que oculta la pena
de pedir.
Cuéntame tu historia.
quizás
me atreva…
y salga al camino
para olvidar…
quizás juntos compartiendo
bebamos todas las estrellas
de esta noche
oscura… interminable.

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